Un reto prometedor


Querer, desde el corazón de un padre y el alma de una madre, es un reto que hay que afrontar para presentar al mundo un ser humano cargado de historia y empuje. Es prometedor reconocerse como consejero y orientador en la vida de tu hijo-a, pues al adoptar una actitud responsable vamos forjando el libro del crecimiento y las páginas de las oportunidades.

Para ello debemos formarnos, preguntarnos y respondernos, como la única estrategia para aprender lo que necesitan y devolverles el mundo que le pedimos prestado en mejores condiciones que cuando lo recibimos y con ellos, como protagonistas verdaderos de nuestro futuro más inmediato.


Crecer es un reto y proyectarnos es un deber que hay que cumplir, reclamando el derecho a enfocar la educación en la esfera de relación padres-hijo, permitiendo la contribución de familiares y amigos en un escenario donde todo se comparte con el único propósito de aportar para el desarrollo integral del niño y del adolescente, en su lanzamiento a un mundo de puertas abiertas, repleto de oportunidades y limitantes.

Dr. Juan Aranda Gámiz



martes, 26 de junio de 2012

LA PATERNIDAD, UNA EXPERIENCIA ÚNICA



LECCIÓN 001
LA PATERNIDAD, UNA EXPERIENCIA ÚNICA
Dr. Juan Aranda Gámiz.


La vida nos permite descubrir nuestra esencia de padres al admirar el milagro de tene un hijo, es como la leche que brota del seno materno a partir del chupeteo del pezón por el recién nacido. A pesar de todo, el reconocimiento de un ser humano como hijo es una opción de vida que nos convierte en padres.

Ser padre es sentirse único porque hay quien busca tu mirada y tus brazos, espera un tiempo de tí cargado de amor y se refugia, a menudo, en tus consejos y tu experiencia, abrigándose de seguridad y cercanía, todo lo cual te debe generar un llanto de felicidad por lo que tienes ahora y una tensión por lo que esperan de tí en un futuro inmediato.

A veces, la paternidad se ofusca con las circunstancias de la vida diaria y deja de ser responsable cuando el hijo o la hija es receptora de nuestros contratiempos y nuestro malgenio, por eso hay que prepararse para ser padre antes de que sea concebido o antes de encontrarse con él o con ella, despojándose de los problemas cotidianos y desnudándose del rencor y las prisas, para vivir explorando el misterio de la paternidad, aprendiendo a escuchar y a regalar, a mirar y a ser tocado por la ternura y las ansias de quien anhela que pase pronto la jornada de un embarazo o el día de trabajo para saltar a los brazos de sus padres.

Un padre debe cumplir con un decálogo que debiéramos interiorizar y aplicar:

- Un padre debe aprender a ser paciente y aceptar lo que Dios nos quiera regalar al darnos un hijo.
- Un padre debe revivir su infancia para lograr superar -como padre- al abuelo-a de su hijo-a
- Un padre debe encontrar en su alma las palabras y actitudes para armar su proyecto de padre.
- Un padre debe proponerse unos objetivos en su recorrido como padre.
- Un padre debe disponer de soportes para buscar el mejor método para orientar e impulsar.
- Un padre debe promover estilos de vida saludables en sus hijos.
- Un padre debe descubrir en sus hijos las potencialidades que deben cultivarse.
- Un padre debe ser el principal salvaguarda de los derechos de sus hijos.
- Un padre debe generar ilusiones, esperanzas y admiración en sus hijos.
- Un padre debe transformarse en el mejor amigo, el más fiel confidente y el más íntegro ejemplo.
- Un padre debe proteger la inocencia, las debilidades, el dolor y los reclamos de los hijos, con amor. 

Un padre siempre emite voces que orientan y coordinan, cuando el diálogo se  instaló en ese hogar desde edades muy tempranas, porque luego es difícil convocar a los hijos para escuchar propuestas y manifestar secretos, ya que la vida de la calle nos ganó la oportunidad de conversar, expresar y aprender a rectificar con sus preguntas y nuestras respuestas.

Un hijo o una hija debe reconocer el valor de un padre o una madre y ahí hablamos de paternidad aceptada, para luego enfocar nuestros esfuerzos en un ejercicio dinámico de responsabilidad en nuestras deciciones y planteamientos, en este caso hablamos de paternidad responsable.

La paternidad exige un equilibrio constante entre:

- Nuestras aspiraciones y sus ambiciones.
- Nuestras propuestas y sus fugas.
- Nuestros recorridos en esta vida y sus proyectos indeterminados.
- Nuestros miedos y sus expectativas.
- Nuestros consejos y sus nuevos descubrimientos.
- Nuestras verdades y sus silencios.
- Nuestras vergüenzas y los castigos que nos imponen.
- Nuestros derechos y sus deberes.
- Nuestras conclusiones y sus recomendaciones.
- Nuestros conflictos y sus aprendizajes.

Ser padre (tanto padre o madre) es, al mismo tiempo:

- Una experiencia porque es un trabajo constante que te permite observar y descubrir.
- Un esfuerzo por demostrarte mejor cada día, con lo que se generará confianza y respeto.
- Un mundo en el que debemos vivir pretendiendo acercarnos, cuanto antes, al mundo de los hijos.
- Una película que va transformándonos, en nuestro rol de protagonistas y no de actores secundarios
- Una oportunidad para hacer prevalecer nuestra condición sobre la escuela de la calle.
- Un momento en el que somos capaces de leer e interpretar sus aprendizajes y dudas.
- Un mandamiento que debemos aplicar cuando aprendamos el mandamiento de nuestros hijos.
- Una tarea inagotable, inconclusa, revestida y reformada en cada esfuerzo, como un ejercicio libre
- Una misión auto-encomendada desde el instante en que decidimos concebirlo.
- Una ilusión por la construcción de un eje que debe prolongar nuestra tarea, a su modo.

Entregar nuestra paternidad significa.

- Preocuparse de no fallar nunca.
- Escuchar con paciencia y sabiduría.
- Aprender a descubrir en la esencia del otro.
- Acercarse a la verdad de un ser humano en crecimiento constante.
- Apoyarse en la sensatez, la solidaridad y el respeto para levantar el edificio de todo un ser humano.
- Equilibrar actitudes e impulsos para generar modelos de desarrollo personal.
- Fortalecer una escala de valores, como matriz para definir actitudes y comportamientos
- Responder a nuestras ilusiones en modo práctico.
- Sufrir por engrandecer nuestra propia visión de futuro, a pesar de los avatares del presente.
- Entablar una charla generacional constante y difícil para descubrirnos en cada encuentro.

La paternidad debe empezar por aceptar (rebeldía, enfermedades, desviaciones de la conducta, desintegración, silencios, deformidades o estigmas), más aún cuando la biología no bendice con un hijo y, sin embargo, tu pareja te recuerda que tienes madera de padre, como el mejor del mundo, aunque al mismo tiempo debe transcurrir por vivir con (aceptación, resignación, frustración, pérdidas, soledades y misterios), terminando siempre por agradecer (besos, presencia, llamadas, abrazos y reencuentros).           

Un buen padre:

- Reconoce siempre sus errores y los plantea a sus hijos para que sean analizados y revitalizados.
- Apoya los proyectos de un hijo, siempre que formen parte de una edificación personal.
- Vigila los pasos de sus hijos para encauzarlos sin restringirles libertad, explicando el por qué.
- Educa con fortalezas y guía con oportunidades, para modificar la incoherencia y los oportunismos
- Decide escuchar antes de decidir.
- Sugiere criterios antes de emitir los que considere oportuno sugerir.
- Genera respeto antes que miedo.
- Forma en valores que sean los vocablos con los que construya el hijo sus propios códigos.
- Habla de la familia para que siempre sea el lugar a donde tenga que regresar.
- Busca en Internet la única dirección electrónica para el reencuentro http://mi%20familia.com/.

No merece la pena desperdiciar la oportunidad de una paternidad, porque:

- No hay espacios para el arrepentimiento cuando se rompió la verdad de esta relación.
- No se puede renunciar aunque la vida nos lo proponga.
- No hay cabida para los arrepentimientos, es un trabajo decidido, obligatorio y responsable
- Es una tarea de una sóla vía, en un único sentido, el que hay que buscar a esta relación.

Gracias por seguir nuestra primera lección del blog "http://jaguapopa.blogspot.com" Escuela para padres. Te espero la próxima semana, con un nuevo capítulo.







Dr. Juan Aranda Gámiz