Abrimos un libro y encontramos mensajes, consejos o recomendaciones para padres, desde el corazón de algún escritor, psicólogo, educador o entendido en la materia, pero todas las apreciaciones son lecciones que no pueden consultarse porque no hay una biblioteca para padres, excepto la que se va creando en el día a día.
Si queremos disponer algún día de una biblioteca tenemos que recopilar nuestras experiencias diarias y escribirlas, archivando luego nuestros escritos y poniéndoles título, porque ahí nos vamos a tener que dirigir en otras muchas situaciones semejantes y tan complejas como la que acabamos de atravesar.
La biblioteca debiera tener 9 volúmenes:
1. PRIMER VOLUMEN: NUESTRAS DUDAS COMO PADRES
Aquí tendríamos que incluir los silencios que tuvimos que guardar y las horas de insomnio que soportamos antes de tomar una decisión.
2. SEGUNDO VOLUMEN: NUESTROS VACÍOS COMO PADRES
Aquí incluiríamos nuestros minutos sin argumentos y nuestras vacilaciones porque no teníamos una base de conocimiento que nos inclinara hacia un platillo de la balanza u otro, en nuestro enfrentamiento o nuestras miradas directas con nuestros hijos.
3. TERCER VOLUMEN: NUESTRAS EXPERIENCIAS COMO PADRES
Es interesante encuadernar todas nuestras experiencias (negativas a priori, como una enfermedad incierta que luego se solventa, negativos para toda la vida, como un hijo que tiene un acortamiento de su vida por un accidente o una enfermedad rara, positivas como el éxito profesional de un hijo o positivas a medias, como la capacidad de lucha de un hijo para seguir afrontando su propia realidad).
4. CUARTO VOLUMEN: NUESTRAS REFLEXIONES COMO PADRES
Aquí debemos archivar lo que aprendemos de nuestros hijos y lo que nos enseñan en silencio, las preguntas que nos hacen y nos provocan reflexiones profundas, las llamadas de atención que nos lanzan para que nos preocupemos de nosotros mismos o los consejos que nos dan y que generan reflexiones en nuestra vida de relación de pareja o en nuestra propuesta profesional.
5. QUINTO VOLUMEN: NUESTROS DÍAS DIFÍCILES COMO PADRES
Ay de esos momentos en que nos llamaron la atención nuestros hijos porque vivimos sólo para nosotros o cuando esperábamos a recibir la noticia del sexo, en la sala de partos, al tener que otorgarles permiso para su primer viaje de fin de curso o su primera noche de discoteca, cuando dudamos en concederles la oportunidad de que presuman de vehículo o cuando tuvimos que enseñarles a caminar y desconocíamos si lo iban a lograr, cuando esperamos con ellos a la puerta de un salón donde desarrollaban un examen o en el momento de disertación de una tesis doctoral, cuando nos dicen que se van porque han elegido su destino o cuando deciden permanecer en el anonimato e incomunicados porque se quedaron sin argumentos para explicarnos lo que había sucedido, al preguntarles por una inconsistencia y descubrimos algo inusual y dramático o cuando nos llaman porque algún médico notó algo raro en su físico o su comportamiento.
6. SEXTO VOLUMEN: NUESTRAS ILUSIONES COMO PADRES
Aquí se escribe todo lo que se sueña y se espera, que no siempre es lo que va a ocurrir, incluyendo lo que nosotros no fuimos y lo que esperamos que sean, con esa carga de orgullo y templanza, al mismo tiempo, porque es una propuesta de vida que prolongamos a través de nuestros hijos.
7. SÉPTIMO VOLUMEN: NUESTRAS SOLEDADES COMO PADRES.
Cuando el hogar se queda vacío o cuando regresamos del cementerio dejando su cuerpo en un nicho, al regresar de un hospital porque fue operado o está bajo sospecha por algún problema de salud, al escuchar su voz en la distancia o cuando preparamos la maleta para ir a verlo a un centro psiquiátrico o una cárcel, de donde venimos con mayor soledad que con la que nos cargamos en la partida o cuando esperamos ansiosos en la sala de la residencia para ancianos a que llegue nuestro hijo y comprobamos que su sonrisa nos delata bienestar sin preocupaciones.
8. OCTAVO VOLUMEN: NUESTRAS RECOMENDACIONES COMO PADRES
Debemos anotar esos días en que escribimos sobre la masturbación o la menarquia (la primera menstruación), el respeto por los demás y el orgullo de llevar un apellido, al aprender a moverse en el mundo laboral o al iniciar una relación, al quedarse sólo en un internado o en la relación con los hermanos y familiares, al manejar el dinero que debe administrar o en sus momentos de opinión y diálogo, en su vida de relación social y en el trato con el alcohol y las drogas, en su apariencia física y en ese mundo virtual de las redes sociales.
9. NOVENO VOLUMEN: NUESTRAS LECCIONES APRENDIDAS COMO PADRES
Este volumen debiera incluir lo que aprendimos de sus abrazos y lo que nos quedó de su apoyo y su presencia, lo que dijeron que esperaban de nosotros y lo que nos dejaron de recuerdo y estela mientras que nos acompañaron.
Gracias por vuestra lectura, vuestro amigo que nunca os falla.
JUAN