Un reto prometedor


Querer, desde el corazón de un padre y el alma de una madre, es un reto que hay que afrontar para presentar al mundo un ser humano cargado de historia y empuje. Es prometedor reconocerse como consejero y orientador en la vida de tu hijo-a, pues al adoptar una actitud responsable vamos forjando el libro del crecimiento y las páginas de las oportunidades.

Para ello debemos formarnos, preguntarnos y respondernos, como la única estrategia para aprender lo que necesitan y devolverles el mundo que le pedimos prestado en mejores condiciones que cuando lo recibimos y con ellos, como protagonistas verdaderos de nuestro futuro más inmediato.


Crecer es un reto y proyectarnos es un deber que hay que cumplir, reclamando el derecho a enfocar la educación en la esfera de relación padres-hijo, permitiendo la contribución de familiares y amigos en un escenario donde todo se comparte con el único propósito de aportar para el desarrollo integral del niño y del adolescente, en su lanzamiento a un mundo de puertas abiertas, repleto de oportunidades y limitantes.

Dr. Juan Aranda Gámiz



miércoles, 28 de noviembre de 2012

¿A QUÉ LLAMO D. I. F .A .?

En una familia se pueden utilizar códigos de todo tipo, pero debe primar uno sobre todos ellos y ese es el que yo llamo Código D. I. F. A. (Diálogo Intra Familiar Aceptado), pues necesitamos unas normas compartidas de conducta, sembradas a través de preguntas, cultivadas con el diálogo y necesariamente cosechadas en nuestras actitudes diarias.

Este código tiene unas bases para que pueda funcionar:

   1. Las dudas se resuelven al interior de la familia, las de los padres preguntando a expertos y escuchando a los hijos, pero la de los hijos confrontando visiones del mundo entre ellos y respondiéndoles a sus preguntas e inquietudes.

   2. La verdad debe entenderse como la conclusión a la que llegamos después de un diálogo, ese momento de verdad que debe abrirse paso en la vida intra-familiar donde todos se auto-convocan alrededor de la mesa y se inicia un momento de reencuentro y de conocimiento, explicando o resolviendo, preguntando o explorando nuevos temas.

   3. Nadie es experto en nada ni lo desconoce todo, todo el mundo debe aprender de todos y el crecimiento siempre debe ser recíproco entre padres e hijos.

    4. Tiene que haber un método para llevarlo a cabo, o sea, una forma de intervenir democráticamente y en base a una equidad de género, con temas consensuados previamente para que todos lean lo suficiente para ahondar en la temática y sepan extraer aquellas preguntas que puedan complementar sus posibles vacíos.

    5. La logística tiene un interés especial, o sea, todo lo referido al espacio físico, el tipo de mesa, las sillas, el tiempo y el horario, el día de la semana que no incomode ni interfiera, el material que hay que aportar al resto de los miembros de la familia y el apoyo audio-visual si fuese necesario.

    6. Siempre debe haber un espacio para un invitado especial, cuando se haya determinado para qué es importante su presencia y por qué, qué queremos que nos aporte y cuánto nos puede servir esa asesoría adicional.

Una vez aprendido el código es fácil seguir unos pasos para permitir que haya este código D I F A en nuestro ambiente familiar:    

     1. Convoca a tu pareja, cuando aún sois sólo dos, para establecer una cultura del diálogo.
     2. Intenta aprender del otro y aporta con lo necesario para crear una metodología de aprendizaje en ti.
    3. Promueve en tus hijos un espacio, hora, día y temas para seguir con esta línea, si ya la empezaste o aplícala en este momento, nunca es tarde.
     4. Todos los jueves, a las 8 de la noche, vamos a reunirnos por una hora y vamos a hablar de temas que cada cuál va a seleccionar el que más le interese y deba preparar con ahínco para transmitir un mensaje, siempre que sirva para toda la familia y pueda apoyar el interés de sus familiares por preguntar y encadenarlo con otros temas de mayor interés o actualidad.
     5. El responsable de un tema debe prepararse a profundidad, como un verdadero catedrático, leyendo y consultando, preparando material y dictando su clase magistral ante toda la familia.
     6. Hay que estar preparado para responder a todas las preguntas que surjan, en el plano personal, profesional, relacional, vivencial, familiar, laboral, social, económico, político o intelectual.
     7. Hay que proponer la franqueza, honradez, sinceridad y compromiso en este espacio de diálogo familiar.
      8. Debe haber un secretario mensual para recopilar la información y elaborar una hoja resumen de todo lo expuesto y discutido.
      9. Cada cual debiera tener su propio archivo e ir reformando su visión temática, acorde a sus experiencias de vida, para contribuir a reforzar lo que los demás dieron por sabido y que les queda más por aprender.
     10. Todo debe ser aceptado por todos, en todo momento y su disolución sólo se daría si hay mayoría absoluta a su favor.

Sigue haciendo eso y verás cómo creces como ser humano y cómo te fortaleces en el D. I. F. A. Habrá momentos en que se va a necesitar de un apoyo en asesoría o consultoría y antes hay que llamar a todos, en la reunión previa, para anunciarles quién va a venir y por qué.

Hoy quiero transmitir que la reflexión empieza en el hogar. Vuestro amigo, que nunca os falla.


Juan.

martes, 13 de noviembre de 2012

HAY QUE HACER LAS COSAS BIEN COMO PADRES

Hay que hacer las cosas bien como padres y estar preparados para que algún día ese retoño que no sabe hablar te diga cuatro verdades o te pida explicaciones y sólo ahí, como el alcohólico que necesita tocar fondo para poder rebotar, te verás y te reconocerás como incompleto e inconcluso, frustrado y absorto, porque la verdad siempre llega.

Debemos vivir por estar presentes en las vidas de nuestros hijos aunque la película nos avergüence o nos ruborice, porque la presencia y el apoyo es lo que cuenta siempre, ya que algún día te van a decir que no fuiste lo suficientemente íntegro para apoyar y representar una obra de Dios que te tiene que pertenecer de por vida.

Hay que estar en la foto de los momentos donde los hijos se debieron comprometer en un empeño de lucha y tesón, aunque todo fuera ilusión de un rato, en la primera comunión o en el día de la confirmación, pero nunca hay minutos de acuerdo para malos comportamientos sino que se insistirá en buscar en la foto instantánea la presencia del padre o la madre y, si no se está, surgirá siempre la pregunta ¿por qué no conmigo?

Hay padres que se sienten agotados de recomendar y susurrar, de sugerir y convencer, pero el hijo siguió el camino y se hundió, por lo que los progenitores engañados y ninguneados, quieren aislarse y seguir caminando despacio su rumbo en esta vida, por lo que el hijo tiene momentos depresivos que pueden arrastrarle a una reflexión profunda y allí, donde el silencio de un cuarto manda, mal aconsejado, en la última etapa de su borrachera más triste, se preguntará, ...¿y por qué no aguantaron un poco más?.

Cuando se casan los hijos y no le aportamos con un mensaje de entusiasmo para que comprendan que, muy a pesar de cualquier circunstancia, seguiremos siendo cada día menos cobardes y más cercanos, estamos ausentes de compromiso, aunque presentes en el acto.

Cuando nuestros nietos nazcan y crezcan, preguntarán por qué no tienen una foto con el abuelo tierno que los estrecha en sus brazos y nuestros hijos nos mirarán y sentiremos la sorpresa del arrepentimiento que nos provoca la segunda generación y comprenderemos tantas horas desperdiciadas.

Si un hijo se acuerda de las voces de un profesor o de las caricias de un familiar antes que del calor de la mano de un padre es porque algo estuvo mal y con el paso de los años se secan las sensibilidades, los estímulos y se arrugan las esperanzas, por lo que con toda seguridad ningún tiempo pasado pudo haber sido mejor para estrechar y aplaudir, reforzando positivamente todo lo que hizo nuestra hija, por que siempre será la mejor.

Cuando nos pidan un consejo y seamos francos y no condescendientes, aunque provoque distanciamiento porque las palabras también pesan, para unos más que para otros, siempre les acompañará el soporte de nuestro ejemplo y nuestra reflexión, por lo que su actitud tendrá mucho de nosotros y seguirán sintiéndonos a su lado; esto, muy a pesar de todo, es preferible a condescender y pasar por alto lo que requería convicciones y pausa, pero que no pensamos lo que tendrá que ocurrir más adelante cuando nos reclamen que antepusimos el aplauso o la economía de un momento a una verdad que traspasara la humedad de un cariño.

Hay padres que desearían hablar con sus hijos porque les permitieron algo y la culpabilidad los acompañará durante toda la vida ya que se marcharon de este mundo, padres que perdieron oportunidades de mirarse al espejo con un hijo con convulsiones porque hubieran querido comprarle a la vida la mitad de los problemas que le pasan a su vástago, amortiguando su paso por este mundo; a todos ellos les recordarán siempre sus hijos.

Esos padres que creen que nunca van a ser marcados porque abusaron o escondieron, secuestraron o humillaron a sus hijos, sin razón en este mundo, pues sus hijos se instalarán en su propia conciencia y no les permitirán vivir con dignidad ni paz.

Aplausos para esos padres que no comen para que sus hijos no busquen en la basura, que no se visten para presumir de hijos bien vestidos, que sufren para ver alegres a sus hijos, que se abandonan para que sus hijos no pierdan su apoyo, que se callan para que nadie hable de sus hijos, que envejecen para que la vida no maltrate a sus hijos, porque los nietos serán los mensajeros de un agradecimiento desde el alma.

Ay¡ de esos padres que se revuelcan porque creen que sus hijos pueden crecer solos y los que piensan que la adolescencia es un invento antiguo, porque les sorprenderán y nunca podrán recuperar el tiempo perdido, almacenado de sufrimiento en el baúl de los recuerdos y para siempre.

Por eso y por muchas cosas más, hay que hacerlo todo bien pensando en ellos y no en nosotros, en su bienestar futuro y no en el aplauso presente, en su reflexión y no en su abrazo, porque todo llegará cuando tenga que llegar y si Dios lo permite, pero teniendo la seguridad de que nuestros gestos salieron de nuestro corazón de padres y nuestros abrazos de nuestra alma de progenitores.

Gracias por estar ahí, tu amigo

Juan.

sábado, 3 de noviembre de 2012

EL BALCÓN DE SERVICIOS

En los bancos a los que nos dirigimos cuando queremos resolver un problema hay una ventanilla donde pone  "Balcón de servicios" y ahí está el empleado que conoce todos los atajos para resolver nuestras inquietudes, siempre que no sean para ingresar o retirar dinero, indicándonos qué debemos hacer, cómo y cuándo hacerlo.

Los padres debieran construir en su tiempo libre un "balcón de servicios", permitiendo a los hijos que acudan para saber si deben o no deben salir, si es suficiente con el dinero que llevan o precisan más, si es responsable tomar decisiones asumiendo el riesgo o no.

Antes de abrir esta ventanilla en nuestras vidas debemos hacer un reajuste y adaptar las preguntas y los reclamos a esta opción, lo cual nos exige una preparación diaria en ciencias sociales y economía, cultura general y ética, relaciones humanas y ecología, prevención de riesgos, gíneco-obstetricia, andrología y avances en el mundo digital.

Imaginemos que un joven pregunta si es factible presentarse tal y como se es en facebook o que quiere interactuar en twitter, grabar una pelea entre jóvenes o ir a un mega-concierto donde hay riesgos evidentes, que desconocen si deben ir a un botellón o mantener relaciones sexuales sin protección, no le dan importancia en acudir a un prostíbulo o ni siquiera se han planteado si tiene alguna implicación futura la masturbación con fijación constante.

La primera condición que hemos de ponerles es que trabajamos si el pedido es con un día previo, pues es el tiempo que necesitamos para estudiar las condiciones del micro-ambiente con el que va a interactuar, las bases legales para poder orientarles y los fundamentos científico-biológicos para que haya credibilidad en nuestra decisión final.

La segunda condición que debemos pedirles es que haya confianza en el aporte de esta ventanilla y respeto por nuestro criterio, frente al que podrán apelar y protestar, pero exigiéndoles la misma prudencia en sus planteamientos y un peso específico importante en su re-planteamiento.

La tercera condición a rescatar es que los amigos pueden influir pero no deciden, así que pueden presentar todos los argumentos para promover una actitud de interés en los padres, aunque podrán desobedecer nuestra contribución si encuentran en nosotros desinterés o desparpajo, improvisación o manipulación.

El balcón de servicios es una oportunidad para que sigamos preparándonos como padres, vigilemos su crecimiento y su desarrollo, conozcamos su mundo y le participemos de nuestra experiencia pasada como un elemento indispensable para que desarrollen su propuesta, abríéndose un diálogo constante con formación de ambas partes y muchas veces aprenderemos de nuestros hijos.

No te cierres a abrir un balcón de servicios en tu vida, verás cómo no es tan difícil tomar decisiones y encauzar los pasos de tus hijos. Te lo dice tu amigo, que nunca te falla.


JUAN