Un reto prometedor


Querer, desde el corazón de un padre y el alma de una madre, es un reto que hay que afrontar para presentar al mundo un ser humano cargado de historia y empuje. Es prometedor reconocerse como consejero y orientador en la vida de tu hijo-a, pues al adoptar una actitud responsable vamos forjando el libro del crecimiento y las páginas de las oportunidades.

Para ello debemos formarnos, preguntarnos y respondernos, como la única estrategia para aprender lo que necesitan y devolverles el mundo que le pedimos prestado en mejores condiciones que cuando lo recibimos y con ellos, como protagonistas verdaderos de nuestro futuro más inmediato.


Crecer es un reto y proyectarnos es un deber que hay que cumplir, reclamando el derecho a enfocar la educación en la esfera de relación padres-hijo, permitiendo la contribución de familiares y amigos en un escenario donde todo se comparte con el único propósito de aportar para el desarrollo integral del niño y del adolescente, en su lanzamiento a un mundo de puertas abiertas, repleto de oportunidades y limitantes.

Dr. Juan Aranda Gámiz



domingo, 16 de junio de 2013

TODO EN VIDA

A veces creemos que siempre vamos a disponer del tiempo necesario para abrigar y abrazar, hablar y mirar, pero los días pasan y las semanas se amontonan, los problemas se quedan acantonados en la piel y las dificultades se transforman en arrugas, las extremidades pesan de desencuentros y los ojos derraman lágrimas de soledad.

Pensamos que los problemas pueden soslayarse con un simple distanciamiento y el rencor que nunca se manifiesta solo se supera y se lima en el roce y la cercanía. Pero si perdemos el tiempo alejando nuestra presencia y olvidándonos de donde venimos, estamos destinados a una amnesia de tus raíces, las que te van a ayudar a construirte en el día a día, a partir de un calor de hogar.

Deseamos dejar todo para mañana y no está bien cuando el calor permite aflorar ideas y estrategias, conmueve al otro y despierta un interés inusual por resolver dudas e interrogantes, despreocupándonos de cuanto es importante y fundamental para seguir estando cerca de los nuestros, de quienes nos procrearon y nos protegieron, cuidaron y animaron a seguir con nuestra propia cadencia de pasos.

Señalamos los cumpleaños y los aniversarios, pero hay días en que se necesita saber y escuchar, conocer y dialogar, ya que forma parte del desayuno moral al que todos nos aproximamos porque rellena el espíritu y consuela en nuestro proyecto de vida de familia.

Nos quedamos con la idea fija de la cara y los gestos, las actitudes y las motivaciones de quienes dejamos atrás y no actualizamos miradas ni caricias, por lo que el calor se puede transformar en un frío que desconsuela y tirita de arrepentimiento.

Miramos las fotografías y nos revelamos contra nuestra parsimonia e inmovilísmo, pues se nos estaba estirando el elástico de la añoranza y los recuerdos, por lo que puede perderse para siempre esa elasticidad que nos mantiene vivos los consejos y los besos de despedida, las historias pasadas y los pasos lentos.

Creemos que podemos sentarnos a esperar que nos llamen antes de comunicarnos y a escuchar antes de hablar, pero la verdad es que no nos podemos permitir el paso del tiempo sin dar el primer paso.

Con todo ello, para que siempre tengas presente que la distancia no puede ser nunca un minuto de olvido, que la fotografía no puede sustituir a escuchar con claridad y cercanía lo que te quieren aportar tus padres, que lo virtual no podrá opacar al frote y las sensaciones, que estar integrado te da impulso para seguir viviendo en libertad, que no podemos despreciar el aire que te abanica después de haber rozado la figura de tus padres, que siempre necesitas ese árbitro que pone cordura, sensatez y equilibrio en tu vida, a partir de esos mensajes de padresbook que tienen cabida para todo y para todos, que el paso de los días es para disfrutarlo y no para suponerlo, que la tristeza se siente cuando se está lejos y se vive cuando se está cerca, que la alegría es un estado de predisposición a favor de cualquier cambio que te mueva y te engrane con el mundo por vivir, que la verdad es que debes seguir siendo si tus padres siguen estando y que un segundo es una oportunidad de compartir con los tuyos.

No te descuides sin hacer nada por ellos y sin recibir nada de ellos, porque todo lo que haya que hacer y recibir debe ser en vida, cuando haya un principio, al comenzar y lanzar una iniciativa (una risa, un pedido, un trance, una coyuntura o un arrepentimiento) y un fin (cuando encuentres el alivio, el perdón o el abrazo), porque esa forma de disfrutar en comunión con tus padres es lo que también da sentido a la vida de padres e hijos.

Que no te acuerdes de lo que pudo haber sido o pudiste haber recibido, porque para eso está el hoy y el ahora. Recuerda siempre el título de mi blog, como bien escribió D. Antonio Machado "HOY ES SIEMPRE TODAVÍA" y acércate para no olvidar, ven para no distender tu coraje y aproxímate para no despistarte en un mundo donde siempre se necesita a los padres.

Tu amigo del corazón, que nunca te falla.


JUAN