Un reto prometedor


Querer, desde el corazón de un padre y el alma de una madre, es un reto que hay que afrontar para presentar al mundo un ser humano cargado de historia y empuje. Es prometedor reconocerse como consejero y orientador en la vida de tu hijo-a, pues al adoptar una actitud responsable vamos forjando el libro del crecimiento y las páginas de las oportunidades.

Para ello debemos formarnos, preguntarnos y respondernos, como la única estrategia para aprender lo que necesitan y devolverles el mundo que le pedimos prestado en mejores condiciones que cuando lo recibimos y con ellos, como protagonistas verdaderos de nuestro futuro más inmediato.


Crecer es un reto y proyectarnos es un deber que hay que cumplir, reclamando el derecho a enfocar la educación en la esfera de relación padres-hijo, permitiendo la contribución de familiares y amigos en un escenario donde todo se comparte con el único propósito de aportar para el desarrollo integral del niño y del adolescente, en su lanzamiento a un mundo de puertas abiertas, repleto de oportunidades y limitantes.

Dr. Juan Aranda Gámiz



martes, 2 de abril de 2013

ELIGE CON QUÉ PADRES TE QUEDARÍAS

Hoy estoy dispuesto a convertirme en dependiente de una gran tienda y voy a ofrecer descuentos por ofrecer todos los tipos de padres disponibles, tú sabrás con cuáles te quedas.

Hoy están disponibles unos padres de cartón, porque dentro de su alma está la leche con la que te vas a alimentar durante toda tu infancia, el vino que te va a reconfortar en los momentos de premura y las galletas que puedes compartir, las sorpresas que te pueden dar y el jugo que te va a refrescar, la harina con la que puedes cocinar los platos de tu vida y la pasta con la que puedes sobrevivir en momentos de soledad, el azúcar que puede endulzar tu tristeza y la sal que te puede devolver la sonrisa.

También hay disponibles unos padres de agua, porque son aquellos que te refrescan y sofocan su sed de amistad y reencuentros, porque con ellos se sacia tu afán de conocer y desarrollarte, puedes zambullirte en sus experiencias de vida para construirte y lavarte esa suciedad que te provoca el lenguaje de la calle, sentir la humedad de su presencia y reanimarte con un jugo tropical de agua y mango, pues aprenderás a mezclar inquietudes y contrariedades, entusiasmos y caídas, como una constante en la vida de todos nosotros.

Asimismo, tenemos de oportunidad padres de papel, así podrás escribir todas tus quejas y resolver todos tus interrogantes, dedicarles reflexiones en los momentos en que haya un acercamiento pleno y redactar el historial de vida, cargado de malos momentos y tibias calificaciones, desencantos por enamoramientos tempranos o desviaciones de la conducta, que siempre se reflejaban en tu progreso académico, desvinculación de un aprendizaje pleno para un acercamiento más próximo a la calle.

Sólo por hoy disponemos de padres de aire, porque te empujan cuando lo necesitas y te frenan cuando es más oportuno, te llevan al oído las palabras exactas para el momento en que los necesitabas a tu lado y aunque no estén los sientes cercanos, sientes su aroma y el sonido de su zapateo, te duermes cuando sientes que se acerca el beso y la pena cuando aciertas en comprender el misterio de la despedida, te acurrucan para que no te congeles y te lanzan a la calle diciéndote en voz alta "aire", notas su enfado cuando el aire que te acaricia viene cargado de un movimiento brusco por la palmetada enfurecida que te dan en la coronilla o por la escoba que se tambalea barriendo, en manos de una madre agotada por los consejos que nunca se obedecieron.

Ah!. También hay ahí atrás unos padres de rompecabezas, porque ellos te van entregando las piezas educativas para que vayas adquiriendo los conceptos y puedas establecer los verdaderos juicios, que parten de un pensamiento que te van ayudando a edificar, con ellos nunca te falta ni te sobra una pieza en el armario de tu estructura personal y aunque te preguntes por qué te dan una pieza de tesón y dedicación, cuando logras ver la figura que se va armando en el rompecabezas te das cuenta que merecía la pena que te dieran eso a que te hubiesen dado la pieza del descalabro y el queme importismo, porque ahí hubieses visto la figura del rompecabezas donde aparece la pérdida de tiempo y la holgazanería, la lucha por sobrevivir y el rol de una vida de disparate en disparate.

Y aunque no lo digan en la tienda, también he visto unos padres de algodón, pues con ellos nos secamos todas las heridas, mojando en agua oxigenada o alcohol yodado, como cuando se ponen delante para defendernos si nos critican o nos marginan, nos señalan o nos ningunean, ese algodón que se pone en la cara para secar las últimas lágrimas porque siempre están a nuestro lado y nos intentan servir de soporte, el algodón que puede evitar un sangrado profuso, como cuando queremos explotar porque algo no salió bien y nos consuelan y nos motivan a seguir intentándolo.

Para finalizar, escondidos en un baúl porque nadie los pide nunca, están los padres de película, los que no quieren perderse ni un minuto de tu crecimiento y desarrollo, los que graban hasta tus estornudos, los que siempre están enseñando fotos y presumiendo de gestos y composturas de sus hijos, los que siempre van a querer que sean los protagonistas de sus vidas, porque cuando sean abuelos los van a necesitar cerca y cuando se vayan tienen que estar seguros que van a ocupar su lugar.

Pero no podemos olvidarnos de los padres de esponja, porque son los que absorben todo y procuran estar secos para cuando haya otra riada que llegue a tu vida, arrastrando problemas y vicisitudes, porque ahí se van a poner en primera linea de fuego para seguir chupando lo malo y lo inconveniente, lo superfluo y lo dañino, siempre en silencio y callados, como lo hace la esponja en el baño. Pero, al mismo tiempo, te suaviza su paso por tu vida, duchándote para limpiarte de impurezas y masajeando tu cuerpo cansino.

Ahora también me acuerdo de los padres de tela, porque son especiales para cortar de ahí un traje para presumir en este mundo, porque se siente que el apellido te cala y te viste, queriendo ser exactamente como ellos por lo mucho que estuvieron presentes en tu vida y te ayudaron a ser tú mismo-a, determinando esa auto-estima con la que te presentas a donde vayas.

Ahora, hoy mismo, deberías comprar estos modelos de padres y tenerlos contigo, procurando educar a los tuyos para que sean como estas figuras que has comprado y que siempre se vean en las estatuas cuando den un primer paso, porque tú necesitas que ellos sean así, porque te gusta y te llena, te anima y te devuelve la vida. 

Sé valiente, educa a tus padres como las figuras que te presento y puedes comprar  más de una, incluso puedes comprar todas las posibilidades de padres que te presento, por si quieres que tus padres sean un día de una forma (de papel) y otro día de otra forma (de esponja), porque tu deseo es que se adapten a tus necesidades psicológicas, físicas y morales, ellos te van a agradecer que les hayas dado la oportunidad de que estés presente en sus vidas, ayudándoles -al mismo tiempo- a ser cada día mejores padres.

Cuando seas abuelo, te acordarás de esas figuras que compraste y que te ayudaron a ser más feliz con los padres que tú necesitabas.

Tu amigo, que nunca te falla, JUAN