Un reto prometedor


Querer, desde el corazón de un padre y el alma de una madre, es un reto que hay que afrontar para presentar al mundo un ser humano cargado de historia y empuje. Es prometedor reconocerse como consejero y orientador en la vida de tu hijo-a, pues al adoptar una actitud responsable vamos forjando el libro del crecimiento y las páginas de las oportunidades.

Para ello debemos formarnos, preguntarnos y respondernos, como la única estrategia para aprender lo que necesitan y devolverles el mundo que le pedimos prestado en mejores condiciones que cuando lo recibimos y con ellos, como protagonistas verdaderos de nuestro futuro más inmediato.


Crecer es un reto y proyectarnos es un deber que hay que cumplir, reclamando el derecho a enfocar la educación en la esfera de relación padres-hijo, permitiendo la contribución de familiares y amigos en un escenario donde todo se comparte con el único propósito de aportar para el desarrollo integral del niño y del adolescente, en su lanzamiento a un mundo de puertas abiertas, repleto de oportunidades y limitantes.

Dr. Juan Aranda Gámiz



miércoles, 3 de octubre de 2012

¿A QUÉ LLAMAN TAREAS LOS PADRES?

Cuando hacemos las tareas de la casa nos cansamos de lavar y cocinar, reubicar los muebles y doblar la ropa, apagar la tele y también limpiamos el polvo y fregamos, lavamos los platos y hacemos las camas, todo es un paquete al que llamamos "las tareas de la casa" y parece que la testosterona no se llevara bien con ellas.

Reconocemos que es triste cambiar pañales y controlar los arrebatos de los más pequeños, perseguir a los adolescentes y sus secretos, mantener los adornos íntegros hasta la noche y esperar que te inviten a salir en la noche, aunque sólo sea la paga que vas a recibir día tras día.

Cuando se trata de la relación padre-hijos hay unas tareas que debemos cumplir y a veces desconocemos cuáles son porque no vienen referidas en ningún manual, pero hoy os voy a dejar 10 tareas, las esenciales, para que se vayan desarrollando poco a poco:

          A. LA JAULA: Unos padres deben aprender a vivir con sus propios hijos, observando y destacando, propiciando y revisando, detectando y descubriendo, por que la educación es un proceso de ordenamiento de todo lo que se ve para estructurar el libro de conducta de unos padres, escribiendo -página a página- sus reacciones y sus encuentros, en un espacio reducido porque ahí es donde más se valora la libertad de ser padres cuando puedas volar con tus hijos y emprender nuevos descubrimientos, como el pájaro cuando encuentra la puerta de la jaula abierta y, a veces, regresa según el trato que se le ha dado.
          B. LA MESA: Unos padres deben decidir con los hijos alrededor de una mesa, mirándose de frente y aportando, recibiendo y entregando, enseñando y aprendiendo, porque la escuela de la casa es el germen de cualquier propuesta escolar futura y profesional en el mañana.
          C. EL PAYASO: Unos padres deben aprender a disfrazarse para ser aceptados y manifestarse con la cara que los hijos quieren ver, con la que rían y disfruten, porque ahí van a interiorizar gestos y actitudes que luego incorporarán en sus actividades diarias.
          D. EL CONFESOR; Unos padres deben abrir espacios de diálogo para informarse y para explicar, para orientar y detallar, porque a pesar de que el secreto que te confiesen te llegue a abrir una herida, la penitencia debes ponértela tú, como padre o madre, si todo no va bien y hay que seguir confesando hasta que su vida no tenga secretos para tí y tú seas parte de su vida diaria.
          E. LA OLLA EXPRÉS: Unos padres deben aprender a ser como una olla exprés, que cuando se calienta y va a estallar abre una fuga para eliminar el vapor de agua y evittar un desastre, debiendo descubrir dónde tenemos esas oportunidades para canalizar nuestros momentos de saturación y dificultades.
          F. EL COLADOR: Unos padres deben transformarse en un colador, para que todo lo que surja de la relación entre padres e hijos sea colado, a diario, pudiendo eliminar el desecho y dejar que pase lo bueno, lo que tiene contenido, lo que va a edificar en la relación y a contruir en nuestros hijos.
         G. EL DECORADOR: Unos padres deben saber que cada día deben aprender a decorar el espacio en el que juegan y disfrutan nuestros hijos, no sólo por el desorden que provocan sino para entiendan que ahí estuvimos nosotros para arreglar los cuadros y los libros, la cama y la ropa, todo lo que necesiten porque siempre estaremos vigilándoles y animándoles a que aprendan del orden una estrategia para ordenar5 sus propias vidas.
         H. EL MALABARISTA: Unos padres deben aprender a balancear el presupuesto para que no tengamos que decir "no" a nuestros hijos, alcanzando para todos por igual, como un buen malabarista, porque el arte de mantenerse sin errores es la práctica diaria, donde debemos practicar y restar de lo superfluo para seguir invirtiendo en lo que realmente tiene sentido, el bienestar de nuestros hijos.
          I. EL CHATEADOR: Unos padres deben aprender a chatear con sus hijos, a diario, como amigos, para que lleguen a conocerse en la alegría y el relax, el cansancio y el llanto, la opresión y la libertad, sólo así se pueden acercar los seres humanos con confianza, cuando se conocen plenamente.
          J. EL MENTALISTA: Unos padres deben aprender a imaginar lo que pasa por la mente de sus hijos, las respuestas que nos van a dar y las escapatorias que se van a inventar, porque les hemos enseñado a decir la verdad y a compartirlas con nosotros, sólo así se evitarán los accidentes de las relaciones padres-hijos.

Gracias por seguir ahí, de tu amigo que nunca te falla.

JUAN 


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